Bueno

Per ardua ad astra.//SEMPER FI

jueves, 24 de marzo de 2011

Relato encadenado

CAPÍTULO 1.- La agorafobia de Lucía había hecho que llevase años confinada en lo que ella llamaba su búnker. Vivía de noche y dormía de día. Era una de esas mujeres por las que el tiempo pasa cruel y devastadoramente. Una aureola púrpura rodeaba sus ojos tristes, sin brillo, que se encajaban en un rostro descolorido y marchito. Tenía una nariz perfilada que sostenía unas anticuadas gafas. Sus labios agrietados pedían a gritos menos nicotina, el pelo cano y desaliñado le llegaba casi a la cintura y la extrema delgadez de su cuerpo no podía casi sostenerla en pie. Su partida de nacimiento confirmaba que tenía 35, pero los años de asilamiento elegido, la dejadez y el descuido habían hecho que pareciese una anciana.
Como una noche más, Lucía abrió su portátil, para asomarse por esa pequeña ventana y contemplar, indagar, husmear por entre las callejuelas de esa gran ciudad virtual que le tenía completamente fascinada. Mientras se desplegaba automáticamente la persiana azul de Microsoft, preparaba, como otras tantas veces, sus cigarrillos, el viejo cenicero sucio, y su té. El turquesa del mar de una playa desconocida le daban la bienvenida. Y a partir de ahí, su conexión con el mundo(1).


CAPÍTULO 2.- Al teclear su contraseña su vida anodina y decepcionante pasaba a un segundo plano, se aletargaba durante las horas en las que se convertía en Ishtar, una hacker de ambigua moralidad, aficionada a coleccionar agujeros de seguridad informática. Después del "incidente" responsable de su clausura, perfeccionó sus conocimientos en programación y se fue introduciendo en este submundo. Recuerda su primer asalto: el ordenador personal de su psiquiatra, quería curiosear su expediente, comprender lo que le sucedía a través de la óptica del profesional que la trataba, lo descubierto agravó su estado. Se vengó publicando sus contraseñas de seguridad y por primera vez en mucho tiempo se sintió bien. Constató que sus barreras éticas, tan estrictas antaño, se habían desdibujado y quiso experimentar algo más grande. Desde entonces llegó a colarse en sistemas tan importantes como los del CNI, la NASA, o la web de UE en la que cambió la foto ZP por la de "Mr. Bean", durante la presidencia española, por simple diversión. Se ganó el respeto y unos colegas con los que compartía sus horas sin necesidad de su cuerpo físico. Esa noche el foro hervía, una empresa dedicada a la farma/cosmética buscaba a los mejores hacker de la red. Se rumoreaba sobre un descubrimiento revolucionario y...(2)
CAPÍTULO 3.- …y Lucía de día, e Ishtar de noche, se introdujo en el foro con la curiosidad felina que solo las altas horas de la madrugada sabían conceder a los depredadores de la noche. Sus ojos entornados se agazapaban tras la pantalla del ordenador con ansia de devorar la lista de nombres que se ofrecían como hackers endiosados por su propia arrogancia. Todos ellos lucían sus habilidades informáticas ante la empresa que buscaba a los mejores, y ellos se paseaban como modelos por la pasarela, donde lo importante era la alta costura del saber desnudar.

Su retina se enfocó en las iniciales J.F. cuando leyó que se describía provocativamente como el mejor hacker del momento, despreciando con cada una de sus sílabas al resto de competidores. Las garras atrevidas de J.F. arañaron profundamente el orgullo de Ishtar, que en un impulso incontrolado nacido de su vanidad y creencia absoluta, y quizás cierta, de ser la mejor, hizo que escribiera en el foro, aún no teniendo ningún serio interés en participar en esa jauría de depredadores, lo que su lengua no pudo silenciar:
- J.F., tendrás que demostrarlo, querido…
No obtuvo respuesta.
Comenzaba a amanecer. Ishtar percibió que Lucía necesitaba dormir, así que cogió a su alter ego y lo llevó a la aventura del sueño. Así era su vida desde hacía tiempo, la luz del día apagaba su ser, solo las sombras de la noche eran capaces de encender las llamas de sus latidos. Y es que la luz solo tiene sentido en la plena oscuridad.
Cuando comenzó a anochecer su alma licántropa amaneció. Mientras sorbía el café conectó el ordenador. El café se derramó por la mesa cuando leyó en la pantalla:

----ACCESO DENEGADO----
TENDRÁS QUE DISCULPARTE, "QUERIDA"…
J.F.(3)


CAPÍTULO 4.- La señora de las batallas, Ishtar, sintió como una rabia incontenible se apoderaba de su ser. Gritó y gritó alterando al tiempo su estado de ánimo. En aquel momento, habría vendido su alma por bajar a los infiernos y apoderarse del poder sobre la red.
Sabía que su única opción era formatear su ordenador ya que nunca se disculpaba de nada, pero esto supondría la pérdida de su colección de agujeros de seguridad informática, por lo que esta variable quedaba descartada.
No podía permitir que J. F. le ganara la partida, así que no podía hacer otra cosa que salir de su cubículo e ir en busca de Tammuz, quien para ella era el Rey Hacker.
Con su ayuda conseguiría que fuese J. F. el que pidiera disculpas por su atrevida soberbia.
Antes de salir de su habitación, miró su ordenador y sonrió al pensar que su nombre era perfecto para ser la reina de la red y las batallas informáticas (4).


CAPÍTULO 5.- Y así está la cosa, Tammuz. Yo creo que hay dos posibilidades: o este maldito J.F. se cree que soy una pardilla o sabe que tengo la habilidad suficiente para recuperar el control accediendo desde otra máquina. Pero entonces temo que me esté esperando con una bomba escondida en cada uno de mis archivos.
" Ya sé que tampoco es tan importante. Puedo crear una nueva identidad, recuperar mis copias y volver a estar operativa en cuestión de minutos. ¡Pero no quiero hacerlo! Se ha atrevido a atacar mi ordenador ¡Yo soy Ishtar! Es un insulto demasiado grande para dejarlo sin castigo. Quiero venganza. Quiero... destruirle.
" Y aquí entras tú, Tammuz. Tengo pensado el contraataque, pero necesito el ejército de ordenadores zombis que tú controlas. Será por poco tiempo: en doce, catorce horas voy a hacer que le caigan golpes hasta en las chinelas de andar por casa. Una vez que lo haya borrado del mapa podré volver con tranquilidad a mi bunker.

-Ay, Ishtar, Ishtar... - Tammuz jugueteó con la figura de Jar Jar Binks que mantenía entre sus dedos - ¿Y por qué yo debería intervenir en vuestras querellas de... aprendices?
- ¡Que porqué? - Ishtar sintió como sus niveles de furia se acercaban a límites insoportables - ¡Siempre me has dicho que soy tu mejor discípula! Y también que siempre -SIEMPRE- podría contar con tu ayuda.
A Jorgito, el pequeño de los Oliván, le llamaban "fantanaranja" en el instituto. Era el prototipo del hazmerreír entre la muchachada: tímido, obeso, la piel como el Krakatoa dos segundos antes de la erupción. Un día se hartó. Rompió con todo y se encerró en su cuarto. Allí, con su esquijama, sus muñequitos articulados y sus cachivaches electrónicos se metamorfoseó en el todopoderoso Tammuz. Una leyenda viva en la red: el Rey Hacker. Lucía lo conoció poco antes del encierro; poco antes también de que la abuela se largase con el dinero del banco y dejase a la familia a la quinta pregunta. La habían contratado como profesora particular, para ver si el "niño" era capaz de aprobar algo. Pero fue el "niño" quien enseñó a Lucía el mundo de la informática e influenció poderosamente en su vida. Hasta el grado de quizás ser el responsable del desarrollo de su agorafobia.
- Tranquilízate, Ishtar. No he dicho que no lo vaya a hacer. Pero no hemos hablado del precio.
- ¿Me vas a cobrar por esto, Tammuz? - ella intentó que ni un gramo de desprecio quedase oculto tras sus palabras.
- Bueno...(5)


CAPÍTULO 6.- “El día que yo falte a ti te come la mierda” le escupía su mujer con desprecio, harta de que su única contribución a las faenas domésticas consistiera en levantar los pies del suelo mientras ella pasaba la mopa. Juan Fernández Ongallo no llegaba a inmutarse pero, cinco años después, aquella amenaza estaba empezado a cumplirse: cinco años de fabadas de lata, de sábanas sucias, de misteriosos y repugnantes restos de quien sabe qué flotando en el agua densa y gris del fregadero donde se amontonaban los cacharros...
Nunca creyó que llegara a abandonarlo. Recibió como una bendición su súbita manía de de pasarse las horas muertas delante del ordenador porque así lo dejaba tranquilo y aún lo estremece la cólera cuando recuerda la tarde en que llegó a casa y aprendió el significado del vacío absoluto en la nota despiadada de una mujer que no volvería a ser la suya: “Adiós Juan. Te dejo porque estoy amando a otro. No me llevo nada, ni siquiera el rencor". Adiós Juan, había repetido él muchas veces, aturdido e incrédulo, estrellando su voz contra las paredes de una casa vacía que olía a pino asturiano por última vez.
Esa noche, siguiendo las huellas de ella en el historial de navegación del Explorer, Juan Fernández Ongallo, empleado de banca, marido abandonado, cabrón a secas, entró en un chat por primera vez en su vida, escogió atolondradamente sus iniciales: J.F, cuando le pidieron un nick y aterrizó deslumbrado en un mundo perpendicular que sintió como el único posible desde el primer minuto. Desde entonces construía su interminable y faraónica venganza con los ladrillos rotos de todas las mujeres solas que se fue complaciendo mezquinamente en destrozar un poco más. Ishtar era la última y estaba perdida porque detrás de la temible señora de todas las batallas, el insignificante J. F (que llevaba algún tiempo observándola en silencio, con todo su reciente talento como hacker oculto bajo la negra capa de su voracidad como vampiro) había sabido presentir a la pobre Lucía (6).


CAPÍTULO 7.- Había esperado durante varios días una disculpa de la arrogante Ishtar, pero aquella no había llegado, así que decidió dar una vuelta de tuerca que aumentara la presión sobre aquella insolente. Aquel sábado, de madrugada, J.F., en su cubículo, fumaba y bebía cerveza. Sobre el escritorio en el que estaba el teclado y la pantalla que le permitían jugar a ser Dios había un gran cenicero, éste completamente lleno de colillas con los filtros mordisqueados y una botella de cerveza, ésta completamente vacía. De pronto sitió deseos de fumar. Tomó la cajetilla de Lucky Strike y comprobó con desagrado que estaba vacía. No sentía el menor deseo de salir, pero tener la habitación constantemente llena de humo le hacía sentirse mejor, atenuar su permanente estado de mal humor. Pulsó la tecla hibernar de su ordenador. Siempre lo hacía así; no quería, no podía permitirse el lujo de desconectar el ordenador, lo quería siempre preparado para la defensa y también para el ataque.
Para salir a la calle, no se cambió de ropa. J.F. tan sólo se vistió con las letras minúsculas de su nombre y salió a la calle. Ahora era Juan Fernández.
Cuando Lucía entró en la tienda abierta 24h a comprar tabaco, rondaban las cuatro de la madrugada, pero había cola en la caja. Se colocó detrás de un hombre de aspecto desaliñado, con la ropa sin planchar y los zapatos sucios. Llevaba una caja de cervezas en una mano y en la otra varias cajetillas de Lucky Strike. No veía su rostro. Tuvo el impulso de juzgarlo, pero entonces miró hacia sus pies, a sus zapatos, a sí misma: llevaba una caja de té en una mano; en la otra dos cajetillas de cigarrillos. ¿Quién era ella para juzgar a nadie?
Cuando el hombre pagó, giró sobre sus talones dispuesto a salir. Durante un instante sus miradas se cruzaron(7).


CAPÍTULO 8.- JF y Lucia cruzaron miradas durante un segundo. Nunca se habían visto, sin embargo, un no sé que había en el ambiente.
Él la percibió como una mujer más: desaliñada, arrugada, atormentada por la vida. Pero parecía arrogante y decidida a contestar cualquier insolencia que pudiese decirle alguien.
Ella lo vio como no ve a los hombres: Enclenque, bajito (aunque JF es alto), queriendo aparentar lo que no es. En pocas palabras: Poca cosa.
A pesar de su primer impulso de no juzgar, no lo pudo evitar cuando se giró aquel hombre, que se le antojaba poca cosa: “Si hasta cerveza lleva”, pensó. A Lucia no le gustaban las cervezas
Lucía hizo como que ignoraba a JF y siguió su camino hacia el cajero, que le esperaba. No se sentía segura porque su agorafobia le pesaba terriblemente como mármol sobre su cabeza. Prefería estar frente al teclado donde se comportaba como diosa de la red…Absoluta diosa.
Regreso a su refugio y vio como su ordenador había entrado en modo de ahorro. Movió el ratón, pero la pantalla le mostró un fondo negro con un cuadro central de color azul con letras rojas que decían:
NO SIGNAL
"No me puede estar pasando esto a mí" Lucia se abalanzó sobre su máquina…(8)


CAPITULO IX.- ...y ésta salió volando por el salón de Lucía hasta estrellarse en la pared de su salón... ¿Cómo iba a enfrentarse a ese cabrón de JF si además le dejaba sin conexión? Por un momento se sintió derrotada... ¡Leandro, aún le quedaba Leandro, él sería la solución! Leandro era su vecino de abajo, un joven marica loca, alguna vez, cuando su agorafobia le había podido, había bajado a pedirle un cigarro, fumándoselo con él en el rellano de la escalera...
- ¡Leandro, necesito tu ordenador, ya, no me discutas! - Lucía avanzaba por el pasillo de Leandro, que le acababa de abrir la puerta, vestido sólo con un slip rosa que marcaba su abundante paquete, a pesar de lo extremo de su delgadez, que le seguía contoneándose detrás de ella mientras gritaba -¡Ay, hija, qué modales, si te iba a dejar pasar, guapa, gracias... además, estás horrible, mira que pelos....!
Lucía ya no le escuchaba, estaba ya sentada frente al ordenador de Leandro, conectándose a internet, escribía sobre el teclado frenéticamente, aporreando las teclas, Leandro le gritó: "¡Hija, no aporrees así el teclado, que lo vas a romper, que me he comprado el ordenador en LA SEMANA FANTÁSTICA de EL CORTE INGLÉS, y aún me quedan diez plazos!" Lucía, de repente se echó para atrás en la silla, abatida. Leonardo le preguntó: "¡Y ahora que te pasa, chocho, te ha dado bajón!" Lucía le respondió: "Mira, Leandro, estoy en las tripas del ordenador de un cabrón, quiero joderle pero... me he quedado en blanco!"
Leandro se sonrió: "Hija, ten, esto no falla nunca" -abrió un cajón y le dió un pendrive rosa: "Yo lo llamo el INFORME PELLIZCAMELANO" es un virus inventado por mí, mándaselo...¡no me mires así, yo también tengo ex novios cabrones a los que joder, y es lo que tiene ser una marica loca, que tus padres te mandan a estudiar informática a los EE.UU. para mandarte bien lejos" Lucía obedeció y descargó el virus en el ordenador de JF... a los pocos segundos apareció un mensaje en el ordenador: "QUIERO RECUPERAR MI ORDENADOR Y MI VIDA, TE OFREZCO LO MISMO, NOS VEMOS A LAS 6'00 HORAS EN EL VIPS DE QUEVEDO"... Lucía temió, su agorafobia no le permitiría enfrentar ese reto sola, así que le dijo a Leandro: "¿Me acompañarás? ¡Sin ti no lo conseguiré!" Leandro dio un salto y se fue corriendo por el pasillo gritando: "¡No te preocupes, cari, voy a arreglarme, que chupi, vamos a resolver un misterio...." se asomó al salón y le dijo a Lucía: "Una cosa, mona, que te quede bien clara... ¡Yo me pido ser Julia Roberts!" (9)

CAPITULO 10.-…Había decidido que por primera y única vez dejaría que Ishtar reinara en el día y enterrara en su hundida alma a Lucía. Esta misión de rescate de personalidad, esta batalla contra el que la tenia cautiva en la red, era sin duda difícil y de tomar con cautela. Por lo fuerte mentalmente que era Ishtar dentro del ciber espacio, la dejaría tomar posesión de su cuerpo para darle fuerzas y así enfrentar por un día su agorafobia. Contaba con Leandro, no era un guerrero, pero si un buen acompañante en el que escudarse si las cosas se ponían crudas. “¿Tú quieres que te acompañe verdad amor?” le decía entrecerrando los ojos Leandro, con oscuras intenciones ocultas tras su pregunta. “Si crees que te voy a suplicar pierdes el tiempo, no soy de esas y lo sabes”. Pero Leandro no quería suplicas, ansiaba otra cosa y este era uno de los mejores momentos para conseguirlo. “Está bien, te acompañaré, pero solo si cumples una condición” esperó la contestación de su enfurruñada vecina y amiga… y continuó: “Me dejarás que te ponga un poco decente reina, sino no iré por la calle contigo de esa guisa, hija, pareces un florero boca abajo” Lucía no tenía ninguna intención de cambiar su aspecto, eso no la preocupaba en absoluto, pero si quería que Leandro la hiciera de carabina, tenía que ceder, hasta un cierto punto…claro. Ni siquiera supo cómo consiguió un tinte para el pelo en tan poco tiempo, pero después de media hora tenía su melena, antes blanquecina, castaña y reposando sobre los hombros, un maquillaje que ocultaba sus extenuantes ojeras púrpuras y ropa demasiado provocativa que acentuaba, aún más si cabe, su extrema delgadez; eso sí, lo de dejarse arrancar los pelos de las cejas… ¡ni hablar! “¡Ay, ay, reina! Estás estupenda, hasta se te puede mirar sin dar arcadas mira” decía Leandro dando vueltas por la habitación, mientras buscaba no sé qué dentro de los cajones de la cómoda de pino.

Eran las 5:00. Si querían llegar para observar de lejos los movimientos de su enemigo, debían salir para Quevedo inmediatamente. “Cari, somos como Telma y Louise, bueno, yo soy como Telma, una diva, pero tú pareces más una oveja que va al matadero, con lo fantástica que te he dejado. Quien sabe cari, lo mismo ese a quien quieres joder, esta bueno y todo….¡¡Uy!! podría ser gay, que ilusión, un flechazo a primera vista…”

Ishtar ignoraba la algarabía de su acompañante todo lo que podía, tenía que trazar un plan o si no se le escaparía de las manos imponer justicia. Nadie se metía con ella, nadie que no quisiera jugar a poner su cabeza bajo la guillotina.
Al llegar al Vips, paró en seco a su amigo y se ocultaron tras una marquesina de autobús, desde allí no serian vistos y podrían observar qué personas llegaban al local.

Después de ocho cigarros devorados, un hombre desgarbado, vestido con gabardina gris y andares extravagantes, se aproximó a ellos, cubriendo su cara con el ala de un sombrero ni mucho menos propio de la época o moda del momento. Al parecer era J.F. y los había descubierto… (10)

CAPÍTULO 11

Leandro agarró con fuerza la mano de su vecina. Sabía que para la inaccesible e introvertida Lucía, que en ocasiones tan sólo se parecía a un proyecto de mujer cuya única preocupación era no ser vista u oída, el contacto físico no era, ni de lejos, algo que la agradaba. Su respuesta no se hizo esperar, y ella lo dejó claro al apartar su delgada mano con brusquedad.
“Ni se te ocurra, nena. Ahora no te vas a rajar, Isthar. Me he gastado un pastón en este tinte, y no pienso irme. Mi traje de Mata Hari es algo que merece ser lucido”, finalizó mientras dirigía entonces la mirada al tipo de la gabardina.
“Por aquí”, dijo el hombre con la voz ronca aun que intentara sonar firme. Lucía observó al tipo de ojos oscuros y mirada escurridiza. En su cabeza pudo ver la sonrisa victoriosa de Isthar; Si ése era el “todo-poderoso J.F.”, además de fácil, sería un placer hacerle pedacitos. El tipo apenas sacaba metro sesenta del suelo y por el tembleque en sus manos, que intentaba ocultar metiéndolas en los bolsillos del largo abrigo, estaba más asustado que un niño en plena oscuridad.
Antón Lopez estaba echo un manojo de nervios. “¡Seré imbécil! ¿Actor? ¿Cuándo se me ocurrió poner eso en el dichoso perfil?”, se dijo mientras caminaba entre los charcos de agua y el gentío por la concurrida avenida. “Sólo tienes que ponerte este transmisor en el oído. Lo oiré todo y te diré exactamente lo que tienes que contestar”, le dijo el tipo que le había contratado. Desde hacía un par de meses, Antón se había apuntado en aquel foro de desempleados, y sí, había mentido en casi todo. Lo de encontrar trabajo estaba más que difícil, había que arriesgarse. O al menos eso pensaba hasta que el tipo que se hacía llamar J.F. le ofreció un trabajo, cómo no, de actor. Antón ya ni se acordaba de haber puesto eso en su perfil, pero, eran docientos euros por hacerse pasar por alguien en una cita, ¿qué podría ir mal?
Ahora ya tenía la respuesta a su pregunta mientras le seguían el tipo que caminaba con la misma gracia que una gacela, cuyos ojos verdes brillaban como dos faros, y la mujer que se asemejaba a los cadáveres de “El Regreso de los muertos Vivientes”, bueno, sin toda la sangre y mucosidades, pero aún así, parecía más muerta que viva.
Antón entró en el Vip´s y se sentó, tal cual lo decía la voz del tipo que le hablaba por el micro. La mujer se sentó sin dejar de mirarle a los ojos, mientras el tipo sonriente limpiaba el asiento con una servilleta antes de apoyar sus posaderas, como si éstas fuesen sagradas.
Al otro lado de la ciudad, en la seguridad de su Sanctuario, Juan Fernández Ongallo se acomodó en su silla. El quejido que hacía su vieja compañera cuando su cuerpo se acoplaba al cuero desgastado le hizo sonreír. Desde la seguridad de su escondrijo, el Dios salió a flote.
J.F. empezó entonces con lo que sería su “gran golpe”. “Que empiece el show”, se dijo en cuanto que la voz de su más reciente enemiga empezó la conversación...(11)

CAPÍTULO 12

- El espectacular J.F. supongo… - Dijo Ishtar en tono irónico – por lo que veo mi último movimiento te ha hecho tomar medidas desesperadas.

Lucía quería aparentar una fortaleza que en verdad no tenía, pero no podía permitirse mostrar su gran debilidad personal y el frágil estado mental al que le había conducido todo este tiempo.
Antón seguía las ordenes que le llegaban por el auricular, repetía palabra por palabra lo que su nuevo “jefe” le decía y se sorprendía a si mismo, pues al final iba a resultar que si tenía dotes de actor.

- Ishtar…- Dijo el falso J.F. con media sonrisa en su boca- ¿Tienes idea de porque esa empresa farmacéutica reclamaba nuestros servicios? Tiene una empresa rival, que ha inventado un producto cosmético que por lo visto les vendría muy bien coger… digamos prestado.

- ¿Y porqué tendrían que importarme a mí los intereses de una empresa farmacéutica? - Interrumpió Lucía arrogantemente.

- Los intereses de una compañía farmacéutica no. Lo que tendría que importarte son los 45 millones de euros que ofrecen al primero que logre meterse en la base de datos de su enemigo y consiga los archivos donde vienen los ingredientes y la manera de conseguir ese cosmético.

Los ojos de Lucía se abrieron como patos, era verdaderamente una suma interesante de dinero y, aunque dada la vida que llevaba tampoco sabía que iba a hacer con el, la mayoría de los humanos se sienten tentados cuando hay dinero de por medio. Lucía miró de reojo a Leandro, que correspondió su mirada. Entonces el actor continuó hablando.

- Te propongo unir nuestras fuerzas, juntos podríamos hacerlo seguro y nos repartiríamos el dinero.

J.F. sonreía sentado en su silla, deseaba que su nueva amiga picara el anzuelo… (12)


CAPÍTULO 13
El trastorno agorafóbico de Lucía no le permitía tener una vida social ‘normal’, como entenderíamos el resto de mortales. Tal vez la poca relación propiamente humana que ha tenido con los demás, la ingente suma ofrecida y, seguramente, el escaso conocimiento del cómo funciona la sociedad de hoy en día, despertaron los sentidos curiosos de la ‘joven’.
-¿A qué te refieres? – preguntó cruzando los brazos sobre la mesa.
-Es simple – continuó el doble de J.F. – entramos en la base de datos juntos y salimos juntos. Mitad para cada uno…
-¡Ay, la madre que os parió! – interrumpió Leandro dando una palmadita al aire – Nena, ¿quién se cree que es este tío?
-Leandro… déjanos un momento… - intentó ser simpática.
El compañero de Ishtar, con desconfiada mirada hacia el supuesto señor J.F., se levantó cautelosamente de su asiento y les dejó para que pudieran charlar a solas, como le intentó sugerir.
No obstante, aunque crédula, Lucía no paraba de repetirse a sí misma que estaba hablando con el tipo que propició el abandono su ‘reino virtual’. Fiarse sería un mal movimiento en una batalla que no estaba clara.
-Mira, entiendo que no confíes – interrumpió sus pensamientos – por eso te propongo que cada uno actúe desde un lugar concreto… estando en contacto, claro.
-¡Eso es lo que quieres! Estar en contacto – alzó la voz - Quieres bloquearme otra vez y ganar tú, ¿verdad?
El tiempo que pasaba entre pregunta o argumento que daba la chica hasta que recibía respuesta era lento… como si el misterioso hombre sentado frente a ella tuviera que pensar qué decir. Quizá la tensión hizo que, en ese momento, Lucía no le diera importancia.
-Demuéstrame que eres la mejor… “querida” – sonrió guiñándole un ojo.
Todo se acumulaba. La sangre de liderazgo virtual que tenía la muchacha quería aflorar de su cuerpo. La humillación recibida y la sed de venganza sólo hacían desarrollarse nuevos pensamientos contra su futuro ‘compañero de juegos’. Lucía no era una mujer estúpida y sabía que tendría que hacer algo como venganza. ¿El dinero? No… había una cosa más que le movía a hacer algo digno de ser servido en un plato frío: Tenderle una trampa. El pensamiento comenzó así a rondar por toda la cabeza de la chica hasta cubrirla por completo. En poco tiempo tuvo decidido lo que quería hacer. Lo que esta solitaria chica no sabía es que alguien estaba tramando algo por otro lado. Realmente una digna batalla disputada fuera del portal de contratación de la farma/cosmética.
-Bueno… - sugirió Ishtar ocultando cualquier rara expresión – continúa… (13)

CAPITULO 14

-Verás, en esa base de datos no se entra así como así. No es como colar el video de 2girls1cup en la web de Disney Channel. Necesitamos que alguien vaya borrando las huellas del otro e ir guardando los agujeros del sistema que vayan surgiendo, ¿me sigues?

- Ajá... - afirmó Isthar- ósea que quieres que vaya limpiando lo que tú vas ensuciando ¿no? -El doble J.F. se tomó unos segundos para responder: -Yo no he dicho eso, por mí puedes ser tú el ariete y yo el limpiador, pero no sé si te veo capaz de tal hazaña, querida- dijo mientras una sonrisa burlona se esbozaba en su amargada cara de fracasado social.

Isthar apretó los dientes y los puños hasta hacerse daño, no lo podía ver pero seguro que su cara estaba completamente roja de la ira. Sin saber cómo, simplemente dijo:

-Soy capaz, y te lo demostraré.

-Ja,ja. Bueno, ya veremos. Necesito probarte, ¿de acuerdo? -Dijo mientras sacaba de un bolsillo interno de su chaqueta un pequeño ordenador portátil, era negro y sofisticado, realmente no pegaba con su dueño.

Tras arrancarlo y teclear durante un par de minutos, lo giró 180 grados, lo extendió hasta las manos de Isthar y después se cruzó de brazos mientras inclinaba ligeramente la silla hacia atrás.

-Tienes 3 minutos para hackear mi firewall y leerme en voz alta la palabra que aparecerá en la pantalla cuando lo hagas, si es que lo consigues claro -el falso JF parecía divertirse con eso, quizás más que el auténtico, que en estos momentos estaba escuchando toda la conversación por el pinganillo. -¿Recuerdas el archivo insurance.aes256 de toda esa mierda de wikileaks? Esto es una versión pirata con algunas modificaciones, una legión de superordenadores tardaría milenios en reventar el archivo, tú tienes 180 segundos.(14)

CAPITULO 15

Lucía esbozó una media sonrisa, estaba segura de que podria salterse ese firewall y aún le sobrarían unos segundos para pedir un café.

-El tiempo corre,querida.-dijo el falso J.F.

Lucía empezó a teclear mientras le lanzaba una mirada de odio a J.F. que sonreía con superioridad,parecía que Antón ya empezaba a disfrutar realmente con aquel papel.

-¡30 segundos!-Lucía empezaba a sudar le estaba costando algo más de lo que estimo el pasar la primera barrera del firewall,normalmente en la seguridad de su bunker no le habría supuesto ningun problema,pero ahí estaba expuesta su enfermedad no le dejaba trabajar a gusto y para colmo Leandro se había ido,adios al apoyo.

-¡1 minuto 15 segundos! Vamos querida,te creía más habil.-Dijo J.F. con burla.

-¡Cállate maldita sea, ya casi estoy!-Le espetó,lo cuál dejo un poco sorprendido a Antón,no esperaba una reacción así.

Lucía por fin había conseguido introducir un bot que era capaz de extraer la información necesaria,pero tendría que abrir un par más de puertas para que consiguiese acceder a la información que requeria para tener total acceso,eso agotaria casi todo el tiempo,pero no tenía otra opción...tenía que quemar todos sus cartuchos,era ahora o nunca.

Vamos Ishtar,ahora es cuando más necesito de tus habilidades.

-¡2 minutos 20 segundos!..Tic tac,tic tac...

Lucía empezó a teclear con mayor velocidad,no le quedaba casi tiempo,pero estaba tan cerca...Pero algo salió mal, el bot mordió un anzuelo que le había lanzado el verdadero J.F. que observaba toda la operación desde su ordenador. Pero Lucía supo reaccionar a tiempo y le envió al bot nuevas órdenes de búsqueda,por fin consiguió reventar el firewall.

-¡¡LISTO!!- Gritó triunfal

-Sorprendente, 2 min 45 segundos. Nunca dude de tus habilidades querida.

-Serás cabrón había una trampa.-Dijo Lucía con todo el odio que podia encontrar tras aquella prueba.

-Jajaja,por supuesto,no pensaste que esto iba a ser tan facíl, ¿no crees?

Y apareció en la pantalla: "ROSEBUD"(15)

Valientes participantes:

(1).-www.vinividivinvi.com
(2).-www.40aneraunamas.blogspot.com
(3).- http://www.elespejodelaluna.blogspot.com
(4).- http://dondehabiteelolvido-airama.blogspot.com
(5).- http://igualteinteresa.blogspot.com
(6).- http://cuevalagua.blogspot.com
(7).- http://miscelanea-dlt.blogspot.com/
(8).- http://docmanuel.blogspot.com/
(9)- http://homografiagay.blogspot.com
(10)- http://irenecomendador.blogspot.com/
(11) - http://deseoyoscuridad.blogspot.com/
(12)- http://epidemiasz.blogspot.com/
(13) - http://apoptosisthebook.blogspot.com/
(14)- http://defconomega.blogspot.com/
(15)- http://cuandolascosasnopodianirpeor.blogspot.com

13 comentarios:

  1. Joer, desde luego lo estamos encaminando bien bien. Fuck Yeah, Other!

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  2. Vaya que rápido que esta ahora este relato, y eso me gusta, que se me acumulen los capítulos, además de ser una maravilla, me ha gustado mucho, ese toque de tramposo y confabulador es muy sutil y al tiempo aplastante, genial. Ya deseando saber quien sigue la historia
    Saludos compañero de cadenas

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  3. Sí,fuck yeah a sacote...a ver a quien engatuso para que continue la historia,lo cierto es que me tocó algo jodido, la parte del firewall que yo de informatica ni idea...en fin saludos bloggers!

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  4. Felicidades por aceptar el reto y darte las gracias, en el siguiente enlace:

    RELATO
    ENCADENADO


    Encontrarás el relato continúo, sólo con la licencia de que me he permitido el lujo de ponerle una imagen a cada capítulo...

    Soy el autor del capítulo 9

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  5. guay!. A ver como sigue, me alegro de que Lucía lo consiguiese. enhorabuena y gracias por participar

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  6. Querido OTHER WORLD:

    No dejes de avisarme observatoriogaygranatense@hotmail.es cuando sepas quien continúa la saga para actualizar el relato en mi blog. Gracias

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  7. Genial. Me quito el sombrero.
    Estoy encantada con el rumbo de la historia que inicié, con vuestra participación, de haber conocido mentes brillantes.

    Gracias por participar!!!!!

    El/los siguientes serán unos valientes ya queda poco para ponerle fin (acordaos que hay que poner un final en el nº 20)

    Tenéis las bases aquí:
    http://www.vinividivinvi.com/2011/02/relevos-blogueros.html

    Un saludo.

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  8. Ey! que tal?. Mira, es que he estado un poco liado con lo de mi relato y tal y he tenido poco tiempo pero. ¿esto se ha continuado? si es asi ¿donde?, tu capítulo ya me lo leí, ya te comenté. Espero tu respuesta. Un saludo y gracias

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  9. Por favor, me gustaría saber a quien le has pasado el testigo para continuar la historia. No lo veo por ningún sitio.

    Gracias.

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  10. Eh! que bueno, ¿y ahora pa' donde tiro kilo?
    Bueno llego un pelin tarde ☹ sorry
    Un saludo

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  11. Por aqui estamos todos preguntando por la continuación, jeje
    Pasare dentro de unos dias a ver si ya hay relevo
    Besos

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  12. Killooooo!!!! quien continuaaaaaa????
    Un saludo

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  13. Perdonar el retraso,pero por más que busqué no encontré a nadie.

    http://discriminacionpositiva.blogspot.com/

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